En la filosofía analítica, el antirrealismo es una posición epistemológica articulada por primera vez por el filósofo británico Michael Dummett. El término fue acuñado como un argumento en contra de una forma de realismo que Dummett vio como "reduccionismo incoloro".[1]
En el antirrealismo, la verdad de una afirmación se basa en su demostrabilidad a través de mecanismos lógicos internos, como el principio de contexto o la lógica intuicionista, en oposición directa a la noción realista de que la verdad de una afirmación se basa en su correspondencia con una realidad externa.[2] En el antirrealismo, esta realidad externa es hipotética y no se asume.[3][4]
Debido a que abarca afirmaciones que contienen objetos ideales abstractos (es decir, objetos matemáticos), el antirrealismo puede aplicarse a una amplia gama de temas filosóficos, desde los objetos materiales hasta las entidades teóricas de la ciencia, la declaración matemática, los estados mentales, los eventos y procesos, el pasado y el futuro.[5]